Oración de los Novios
En mi corazón, Señor,se ha encendido el amorpor una criatura que tú conoces y amas.Tú mismo la pusiste delante mioy un dia me la presentaste. Te doy gracias por este donque me llena de alegría profunda,que me hace semejante a Ti, que eres amor,y que me ayuda a comprenderel valor de la vida que me has dado.Ayudame para que no malgaste esta riquezaque tú pusistes en mi corazón:Enséñame que el amor es dony que no puede mezclarse con ningún egoísmo.Que el amor es puroy que no puede quedar en ninguna bajeza.Que el amor es fecundoy desde hoy debe producirun nuevo modo de vivir en los dos.Te pido, Señor,por quien me espera y piensa en mí; por quien camina a mi lado;haznos dignos el uno del otro;que seamos ayuda y modelo.Ayúdanos en nuestra preparación al matrimonio,a su grandeza, a su responsabilidad,a fin de que desde ahora nuestras almasdominen nuestros pensamientos y los conduzcan en el amor.
ORACIÓN A LA VIRGEN DE GUADALUPE
¡Oh Virgen Inmaculada, Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia! Tú, que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitan tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimos y preséntala ante tu Hijo Jesús, único redentor nuestro.
Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todos nuestro ser y todo nuestro amor. Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores.
Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos; ya que todo lo que tenemos y somos lo ponemos bajo tu cuidado, Señora y madre nuestra.
Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino de una plena fidelidad a Jesucristo en su Iglesia: no nos sueltes de tu mano amorosa.
Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te pedimos por todos los obispos, para que conduzcan a los fieles por senderos de intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas.
Contempla esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda hambre de santidad en todo el Pueblo de Dios, y otorga abundantes vocaciones de sacerdotes y religiosos, fuertes en la fe, y celosos dispensadores de los misterios de Dios.
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